miércoles, 2 de abril de 2008

ANGELA LIZETH CASTILLO PARADA
NEGOCIACION INTERNACIONAL
20089
Test de Inteligencias Múltiples
You scored as a Estudiante Lógico/Matemático
Te gusta: Hacer experimentos, resolver problemas, trabajar con números, cuestionar y explorar patrones y relaciones. Destacas en: Matemáticas, razonamiento, lógica, resolución de problemas, encontrar pautas. Aprendes mejor: Categorizando, clasificando, trabajando con lo abstracto y usando pautas y relaciones. Tus áreas más débiles también las puedes mejorar.
Estudiante Lógico/Matemático

89%
Estudiante Visual/Espacial

85%
Estudiante Naturalista

80%
Estudiante Interpersonal

79%
Estudiante Rítmico/Musical

79%
Estudiante Verbal/Lingüístico

71%
Estudiante Corporal/Kinestesico

69%
Estudiante Interpersonal

53%

Considero que este test en verdad interpreta mi verdadera forma de ser de pensar y de actuar, describe realmente lo que me gusta hacer, mis debilidades y fortalezas, las cualidades y capacidades que me permiten alcanzar mis logros.


Origen del Universo
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INTRODUCCIÓN
Origen del Universo, aparición en un momento definido del pasado de toda la materia y energía existentes en la actualidad; se trata de un acontecimiento postulado por la teoría cosmológica generalmente aceptada. Los astrónomos están convencidos en su gran mayoría de que el Universo surgió en un instante definido, entre 13.500 y 15.500 millones de años antes del momento actual. Los primeros indicios de este hecho provinieron del descubrimiento por parte del astrónomo estadounidense Edwin Hubble, en la década de 1920, de que el Universo se está expandiendo y los cúmulos de galaxias se alejan entre sí. La teoría de la relatividad general propuesta por Albert Einstein también predice esta expansión. Si los componentes del Universo se están separando, esto significa que en el pasado estaban más cerca, y retrocediendo lo suficiente en el tiempo se llega a la conclusión de que todo salió de un único punto matemático (lo que se denomina una singularidad), en una bola de fuego conocida como Gran Explosión o Big Bang. El descubrimiento en la década de 1960 de la radiación de fondo cósmica, interpretada como un “eco” del Big Bang, fue considerado una confirmación de esta idea y una prueba de que el Universo tuvo un origen.
No hay que imaginarse el Big Bang como la explosión de un trozo de materia situado en el vacío. En el Big Bang no sólo estaban concentradas la materia y la energía, sino también el espacio y el tiempo, por lo que no había ningún lugar “fuera” de la bola de fuego primigenia, ni ningún momento “antes” del Big Bang. Es el propio espacio lo que se expande a medida que el Universo envejece, alejando los objetos materiales unos de otros.
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INFLACIÓN
La teoría inflacionaria, teoría estándar del origen del Universo, implica un proceso denominado inflación, y se basa en una combinación de las ideas cosmológicas con la teoría cuántica y la física de las partículas elementales. Si tomamos como tiempo cero el momento en que todo surgió a partir de una singularidad, la inflación explica cómo una “semilla” extremadamente densa y caliente que contenía toda la masa y energía del Universo, pero de un tamaño mucho menor que un protón, salió despedida hacia afuera en una expansión que ha continuado en los miles de millones de años transcurridos desde entonces. Según la teoría inflacionaria, este empuje inicial fue debido a procesos en los que una sola fuerza unificada de la naturaleza se dividió en las cuatro fuerzas fundamentales que existen hoy: la gravitación, el electromagnetismo y las interacciones nucleares fuerte y débil. Esta breve descarga de anti gravedad surgió como una predicción natural de los intentos de crear una teoría que combinara las cuatro fuerzas
La fuerza inflacionaria sólo actuó durante una minúscula fracción de segundo, pero en ese tiempo duplicó el tamaño del Universo 100 veces o más, haciendo que una bola de energía unas 1020 veces más pequeña que un protón se convirtiera en una zona de 10 cm de extensión (aproximadamente como una naranja grande) en sólo 15 × 10-33 segundos. El empuje hacia afuera fue tan violento que, aunque la gravedad está frenando las galaxias desde entonces, la expansión del Universo continúa en la actualidad.
Aunque siguen debatiéndose los detalles del funcionamiento de la inflación, los cosmólogos creen entender todo lo que ha ocurrido con posterioridad, desde que el Universo tenía una diezmilésima de segundo de antigüedad, cuando la temperatura era de un billón de grados y la densidad era en todas partes la que existe actualmente en el núcleo de un átomo. En esas condiciones, las partículas materiales como electrones o protones eran intercambiables con energía en forma de fotones (radiación). Los fotones perdían energía, o desaparecían por completo, y la energía perdida se convertía en partículas. Al contrario, las partículas desaparecían y su energía reaparecía como fotones, según la ecuación de Einstein E = mc2. Aunque estas condiciones son extremas en comparación con nuestra experiencia cotidiana, corresponden a energías y densidades estudiadas rutinariamente en los actuales aceleradores de partículas: por eso los teóricos están convencidos de entender lo que ocurría cuando todo el Universo se hallaba en ese estado.
A medida que el Universo se iba enfriando, los fotones y las partículas materiales ya no tenían suficiente energía para ser intercambiables, y el Universo, aunque seguía expandiéndose y enfriándose, empezó a estabilizarse en un estado en el que el número de partículas permanecía constante (materia estable bañada en el calor de la radiación). Una centésima de segundo después del “principio”, la temperatura había caído hasta los 100.000 millones de grados, y los protones y neutrones se habían estabilizado. Al principio había el mismo número de protones que de neutrones, pero durante un tiempo las interacciones entre estas partículas y los electrones de alta energía convirtieron más neutrones en protones que protones en neutrones. Una décima de segundo después del principio, ya sólo había 38 neutrones por cada 62 protones, y la temperatura había bajado a 30.000 millones de grados. Algo más de un segundo después del nacimiento del Universo sólo había 24 neutrones por cada 76 protones, la temperatura había descendido hasta 10.000 millones de grados, y la densidad de todo el Universo “sólo” era 380.000 veces superior a la del agua.
Para entonces, el ritmo de los cambios estaba decelerando. Fueron necesarios casi 14 segundos desde el principio para que el Universo se enfriara hasta los 3.000 millones de grados, momento en que las condiciones fueron lo suficientemente suaves para permitir los procesos de fusión que se producen en una bomba de hidrógeno (véase Armas nucleares) o en el corazón del Sol. En esa fase, los protones y neutrones individuales empezaron a permanecer unidos al colisionar, formando un núcleo de deuterio (hidrógeno pesado) antes de separarse por efecto de nuevas colisiones. Algo más de tres minutos después del principio, el Universo era unas 70 veces más caliente que el centro del Sol en la actualidad. Se había enfriado hasta sólo 1.000 millones de grados. Para entonces únicamente había 14 neutrones por cada 86 protones, pero llegados a ese punto los núcleos de deuterio no sólo podían formarse sino también sobrevivir como núcleos estables a pesar de las colisiones. Esto hizo posible que algunos neutrones de la bola de fuego del Big Bang sobrevivieran hasta el momento actual.
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FORMACIÓN DE NÚCLEOS Y ÁTOMOS
Desde ese momento hasta aproximadamente cuatro minutos después del principio tuvieron lugar una serie de reacciones nucleares que convirtieron algunos de los protones (núcleos de hidrógeno) y núcleos de deuterio en núcleos de helio (cada uno con dos protones y dos neutrones), junto con trazas de otros núcleos ligeros, en un proceso conocido como nucleosíntesis. Sólo algo menos del 25% del material nuclear terminó en forma de helio, y el resto (salvo una fracción de un 1%) en forma de hidrógeno. No obstante, la temperatura aún era demasiado alta para que estos núcleos pudieran capturar electrones y formar átomos estables.
Algo más de 30 minutos después del principio, la temperatura del Universo era de 300 millones de grados, y la densidad había disminuido espectacularmente hasta ser sólo un 10% de la del agua. Los núcleos de hidrógeno y helio, con carga positiva, coexistían con electrones libres (de carga negativa); debido a su carga eléctrica, tanto los núcleos como los electrones seguían interaccionando con los fotones. La materia se encontraba en un estado denominado plasma, similar al estado de la materia que existe en la actualidad en el interior del Sol.
Esta actividad prosiguió durante unos 300.000 años, hasta que el Universo en expansión se enfrió hasta la temperatura que existe hoy en la superficie del Sol, unos 6.000 ºC. Esa temperatura era suficientemente fría para que los núcleos empezaran a capturar electrones y formar átomos. Durante los 500.000 años siguientes, todos los electrones y núcleos se unieron de este modo para formar átomos de hidrógeno y helio. Como los átomos son en su conjunto eléctricamente neutros, dejaron de interaccionar con la radiación. El Universo se hizo transparente por primera vez, al poder pasar los fotones de radiación electromagnética junto a los átomos de materia sin ser perturbados. Es esta radiación, enfriada ya hasta unos -270 ºC (3 K), la que detectan los radiotelescopios como microondas de la radiación de fondo. Esta radiación no ha interaccionado con la materia desde unos cientos de miles de años después del principio, y todavía lleva la huella (en forma de ligeras diferencias en la temperatura de radiación, según las distintas direcciones del cielo) de la distribución de la materia en aquel tiempo. Las estrellas y galaxias no pudieron empezar a formarse hasta aproximadamente un millón de años después del principio, una vez que la materia y la radiación se “desacoplaran” según se ha descrito.
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MATERIA OSCURA
Hay otro componente del Universo, además de la materia nuclear y la radiación, que surgió del Big Bang y desempeñó un importante papel en la formación de galaxias. Al igual que las teorías de la gran unificación predicen la inflación, que es lo que los cosmólogos necesitan para que el Universo “arranque”, estas teorías también predicen la existencia de otras formas de materia, que resultan ser precisamente lo que necesitan los cosmólogos para explicar la existencia de estructura en el Universo. Los astrónomos saben desde hace décadas que hay mucha más materia en el Universo de la que podemos ver. La existencia de esta materia se manifiesta a través de la atracción gravitatoria que ejerce sobre las galaxias y cúmulos de galaxias visibles, lo que afecta a la forma en que se mueven. Al menos hay 10 veces más materia oscura en el Universo que materia luminosa, y puede que haya hasta 100 veces más. No es posible que toda esta materia se halle en la forma de la materia que conocemos (a veces llamada materia bariónica), porque en ese caso no funcionaría el modelo del Big Bang resumido aquí. En particular, la cantidad de helio producida en el Big Bang no coincidiría con la cantidad observada en las estrellas más antiguas, que se formaron poco después.
Las teorías de la gran unificación predicen que en la primera fracción de segundo de la existencia del Universo también debería haberse producido a partir de la energía una gran cantidad de materia de otro tipo (llamada materia oscura). Esta materia tendría la forma de partículas que no participan en interacciones electromagnéticas ni en ninguna de las dos interacciones nucleares, y sólo se ven afectadas por la cuarta fuerza fundamental, la gravedad. Estas partículas se conocen como WIMP, acrónimo inglés de ‘partículas masivas de interacción débil’.
La única forma en que las WIMP afectan al tipo de materia de la que estamos formados (materia bariónica) es a través de la gravedad. La consecuencia más importante de ello es que, cuando el Universo surgió del Big Bang y la materia ordinaria y la radiación se desacoplaron, las irregularidades en la distribución de las WIMP en el espacio crearon enormes “baches” gravitatorios que frenaron el movimiento de las partículas de materia bariónica. Esto habría posibilitado la formación de estrellas, galaxias y cúmulos de galaxias, y explicaría la distribución actual de los cúmulos de galaxias en el Universo, en una estructura esponjosa formada por hojas y filamentos arrollados alrededor de “burbujas” oscuras carentes de galaxias.
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LA CONVERGENCIA DE LA FÍSICA Y LA COSMOLOGÍA
Aunque quedan por averiguar muchos detalles —en particular, la forma exacta en que se forman las galaxias—, este modelo estándar de las primeras etapas evolutivas del Universo descansa sobre bases sólidas. Las teorías de la gran unificación predicen tanto la inflación como la presencia de materia oscura, sin las cuales la cosmología tendría graves problemas. Sin embargo, estas teorías fueron desarrolladas de forma aislada de la cosmología, sin pensar que sus resultados podían aplicarse al Universo en su conjunto. Las medidas de la actual radiación de fondo revelan la temperatura que existía en el Universo en la fase de nucleosíntesis, y llevan a la predicción de que el 25% de la materia de las estrellas antiguas debería encontrarse en forma de helio, lo que coincide con las observaciones. Además, la estructura detallada de ondulaciones en la radiación de fondo, detectada por el satélite COBE, revela la influencia de materia oscura que actuó gravitatoriamente sobre la materia luminosa algunos cientos de miles de años después del principio y formó el tipo de estructuras a gran escala que corresponde a la distribución actual a gran escala de las galaxias. La coincidencia entre los hallazgos de la física de partículas (el mundo de lo extremadamente pequeño) obtenidos en experimentos terrestres y la estructura del Universo en expansión (el mundo de lo extremadamente grande) deducida de las observaciones astronómicas es lo que convence a los cosmólogos de que, si bien quedan detalles por resolver, la idea general del origen del Universo es esencialmente correcta.
Teoría inflacionaria (cosmología)
Teoría inflacionaria (cosmología), teoría desarrollada a comienzos de la década de 1980 por el físico estadounidense Alan Guth que trata de explicar los acontecimientos de los primeros momentos del Universo. De acuerdo con la teoría de la Gran Explosión o del Big Bang, generalmente aceptada, el Universo surgió de una explosión inicial que ocasionó la expansión de la materia desde un estado de condensación extrema. Sin embargo, en la formulación original de la teoría del Big Bang quedaban varios problemas sin resolver. El estado de la materia en la época de la explosión era tal que no se podían aplicar las leyes físicas normales. El grado de uniformidad observado en el Universo también era difícil de explicar porque, de acuerdo con esta teoría, el Universo se habría expandido con demasiada rapidez para desarrollar esta uniformidad.
Guth basó su teoría inflacionaria en el trabajo de físicos como Stephen Hawking, que había estudiado campos gravitatorios sumamente fuertes, como los que se encuentran en las proximidades de un agujero negro o en los mismos inicios del Universo. Este trabajo muestra que toda la materia del Universo podría haber sido creada por fluctuaciones cuánticas en un espacio ‘vacío’ bajo condiciones de este tipo. La obra de Guth utiliza la teoría del campo unificado para mostrar que en los primeros momentos del Universo pudieron tener lugar transiciones de fase y que una región de aquel caótico estado original podía haberse hinchado rápidamente para permitir que se formara una región observable del Universo.

Teoría del campo unificado
Teoría del campo unificado, teoría física que propone la unificación de dos o más de las cuatro fuerzas o interacciones conocidas, en un conjunto sencillo de leyes generales. Estas cuatro fuerzas (fuerzas fundamentales) que rigen todas las interacciones observadas de la materia son la gravitación, el electromagnetismo, la interacción fuerte (una fuerza de corto alcance que mantiene unidos los núcleos atómicos) y la interacción débil (la fuerza responsable de procesos nucleares como la desintegración beta). Los intentos de desarrollar una teoría del campo unificado se basan en la creencia de que todos los fenómenos físicos deberían ser explicables en último término a partir de una unidad subyacente.
Uno de los primeros en intentar el desarrollo de una teoría así fue Albert Einstein, cuyos trabajos en relatividad le habían llevado a considerar que se podía hallar una teoría unificada para las fuerzas electromagnética y gravitatoria. Durante los últimos 30 años de su vida, Einstein intentó sin éxito desarrollar una teoría que representara las fuerzas y las partículas materiales exclusivamente por campos, y en la que las partículas serían regiones con una intensidad de campo muy elevada. Sin embargo, el desarrollo de la teoría cuántica y el descubrimiento de muchas partículas nuevas impidieron que Einstein lograra formular una teoría unificada basada exclusivamente en la relatividad y la física clásica.
Un importante avance en esta búsqueda tuvo lugar en 1967-1968, cuando el físico estadounidense Steven Weinberg y el físico paquistaní Abdus Salam lograron unificar las interacciones débil y electromagnética empleando una técnica matemática conocida como simetría de gauge. Según esta teoría, la interacción electromagnética corresponde al intercambio de fotones, y la interacción débil al intercambio de bosones W y Z. Se cree que estos bosones pertenecen a la misma familia de partículas que los fotones. En la actualidad, los físicos teóricos tratan de ampliar la teoría electrodébil de Weinberg y Salam a la interacción nuclear fuerte, empleando teorías de simetría; esos intentos se conocen como teoría de la gran unificación. Siguen realizándose esfuerzos para combinar las cuatro fuerzas fundamentales, incluida la gravitación, en las que ahora se conocen como teorías de supersimetría. Sin embargo, ninguno de los intentos ha tenido éxito hasta ahora, aunque están resultando útiles en los trabajos actuales sobre cosmología.
Teoría del todo
Teoría del todo (TDT), estructura teórica hipotética que, en caso de ser formulada, proporcionaría una descripción unificada de todas las fuerzas de la naturaleza. Estas fuerzas (fuerzas fundamentales) son la gravitación, el electromagnetismo, la interacción fuerte (una fuerza de corto alcance que mantiene unidos los núcleos atómicos) y la interacción débil (la fuerza responsable de ciertos procesos radiactivos como la desintegración beta). Además de resumir brevemente la física fundamental, una TDT podría explicar por qué las leyes físicas son precisamente las que son. El físico estadounidense Steven Weinberg ha argumentado que una teoría del todo estaría ‘lógicamente aislada’, es decir, no se podría modificar sin destruirla.
La historia de la física sugiere que podría ser posible una teoría definitiva así. La teoría de la gravitación formulada por el físico británico Isaac Newton en 1687 proporcionó una descripción unificada del movimiento de la Luna y del movimiento de la caída de una manzana. Del mismo modo, la teoría del electromagnetismo —formulada por otro físico británico, James Clerk Maxwell, alrededor de 1873— unificó los fenómenos eléctricos, magnéticos y ópticos. Alrededor de 1968, Steven Weinberg y el físico paquistaní Abdus Salam formularon independientemente la teoría electrodébil, que unifica la interacción débil y la fuerza electromagnética mediante una técnica matemática conocida como simetría de gauge. La teoría de la gran unificación que estudian actualmente los físicos sugiere una posible unificación de las interacciones electrodébil y fuerte.
En la actualidad, la mejor candidata a convertirse en una TDT es la teoría de supercuerdas. Según esta teoría, la totalidad del Universo —todas las partículas y tal vez el propio espacio-tiempo— está compuesta por cuerdas increíblemente diminutas bajo una tensión inmensa, que vibran y giran en un superespacio de 10 dimensiones. La existencia de 10 dimensiones es matemáticamente necesaria para evitar los ‘taquiones’ (partículas más rápidas que la luz) y los ‘fantasmas’ (partículas cuya probabilidad de existir es negativa). Se cree que seis de esas 10 dimensiones se ‘compactifican’ (se contraen en círculos minúsculos), por lo que no son observables. Las distintas partículas elementales corresponden a diferentes modos de oscilación de las cuerdas, y estos modos están cuantizados. Desgraciadamente, la teoría de supercuerdas plantea muchas dificultades para trabajar con ella y todavía no ha proporcionado predicciones verificables.
OPINION: En las diferentes teorías que se han propuesto acerca del origen del universo, no podría estar en desacuerdo con ninguna básicamente, pues todas parten del mismo punto en el que el universo se forma con lo que explica la conocida teoría del big bang. La cual da una razón bastante lógica de cómo empezó a formarse la materia, aunque sinceramente no puedo concebir como es la nada, si el universo es infinito en nuestra forma deberlo, comparando, y aun así sigue expandiéndose. ¿Qué tan grade es la nada?, ¿Y que podría haber mas haya de ella? Seguramente jamás lo sepamos pero aun así se que el hombre seguirá preguntándose acerca del verdadero origen, por lo menos mientras subsista.

ORIGEN DE LA TIERRA:
EDAD Y ORIGEN DE LA TIERRA
La datación radiométrica ha permitido a los científicos calcular la edad de la Tierra en 4.650 millones de años. Aunque las piedras más antiguas de la Tierra datadas de esta forma, no tienen más de 4.000 millones de años, los meteoritos, que se corresponden geológicamente con el núcleo de la Tierra, dan fechas de unos 4.500 millones de años, y la cristalización del núcleo y de los cuerpos precursores de los meteoritos, se cree que ha ocurrido al mismo tiempo, unos 150 millones de años después de formarse la Tierra y el Sistema Solar
Después de condensarse a partir del polvo cósmico y del gas mediante la atracción gravitacional, la Tierra habría sido casi homogénea y relativamente fría. Pero la continuada contracción de estos materiales hizo que se calentara, calentamiento al que contribuyó la radiactividad de algunos de los elementos más pesados. En la etapa siguiente de su formación, cuando la Tierra se hizo más caliente, comenzó a fundirse bajo la influencia de la gravedad. Esto produjo la diferenciación entre la corteza, el manto y el núcleo, con los silicatos más ligeros moviéndose hacia arriba para formar la corteza y el manto y los elementos más pesados, sobre todo el hierro y el níquel, sumergiéndose hacia el centro de la Tierra para formar el núcleo. Al mismo tiempo, la erupción volcánica, provocó la salida de vapores y gases volátiles y ligeros de manto y corteza. Algunos eran atrapados por la gravedad de la Tierra y formaron la atmósfera primitiva, mientras que el vapor de agua condensado formó los primeros océanos del mundo.
A pesar de sus diferencias, los miembros del Sistema Solar forman probablemente una familia común; parece ser que se originaron al mismo tiempo.
Entre los primeros intentos de explicar el origen de este sistema está la hipótesis nebular del filósofo alemán Immanuel Kant y del astrónomo y matemático francés Pierre Simon Laplace. De acuerdo con dicha teoría una nube de gas se fragmentó en anillos que se condensaron formando los planetas. Las dudas sobre la estabilidad de dichos anillos han llevado a algunos científicos a considerar algunas hipótesis de catástrofes como la de un encuentro violento entre el Sol y otra estrella. Estos encuentros son muy raros, y los gases calientes, desorganizados por las mareas se dispersarían en lugar de condensarse para formar los planetas.

Las teorías actuales conectan la formación del Sistema Solar con la formación del Sol, ocurrida hace unos 4.700 millones de años. La fragmentación y el colapso gravitacional de una nube interestelar de gas y polvo, provocada quizá por las explosiones de una supernova cercana, puede haber conducido a la formación de una nebulosa solar primordial. El Sol se habría formado entonces en la región central, más densa. La temperatura es tan alta cerca del Sol que incluso los silicatos, relativamente densos, tienen dificultad para formarse allí. Este fenómeno puede explicar la presencia cercana al Sol de un planeta como Mercurio, que tiene una envoltura de silicatos pequeña y un núcleo de hierro denso mayor de lo usual. (Es más fácil para el polvo y vapor de hierro aglutinarse cerca de la región central de una nebulosa solar que para los silicatos más ligeros.) A grandes distancias del centro de la nebulosa solar, los gases se condensan en sólidos como los que se encuentran hoy en la parte externa de Júpiter.
La evidencia de una posible explosión de supernova de formación previa aparece en forma de trazas de isótopos anómalos en las pequeñas inclusiones de algunos meteoritos. Esta asociación de la formación de planetas con la formación de estrellas sugiere que miles de millones de otras estrellas de nuestra galaxia también pueden tener planetas. La abundancia de estrellas múltiples y binarias, así como de grandes sistemas de satélites alrededor de Júpiter y Saturno, atestiguan la tendencia del colapso de la nube de gas, fragmentándose en sistemas de cuerpos múltiples.
OPINION: El origen de la vida láctea y de la tierra en si surgió progresivamente al mismo tiempo, la teoría ofrecida sobre la formación de los planetas ha sido aceptada por los diferentes estudiosos del tema y en si va de la mano con la formación del universo.
ORIGEN DEL HOMBRE:
Evolución humana, proceso de cambio que dio lugar a la aparición del Homo sapiens. Hay evidencias que demuestran que las características físicas y de comportamiento comunes a todos los seres humanos fueron evolucionando a lo largo de, como mínimo, 6 millones de años.
Una de las primeras características que definió al ser humano, la bipedación —capacidad de andar erguido sobre los dos pies—, se desarrolló hace ya unos 4 millones de años, mientras que otras, tales como un cerebro grande y complejo, la capacidad de fabricar y utilizar herramientas y el lenguaje, se desarrollaron más recientemente. Gran parte de los rasgos más avanzados, que incluyen expresiones simbólicas complejas, como el arte, y la diversidad cultural, aparecieron en los últimos 100.000 años.
El ser humano es un primate. Las similitudes físicas y genéticas muestran que la especie humana moderna, el Homo sapiens, está estrechamente relacionada con otro grupo de primates, los simios. Los hombres y los antropoides o monos superiores —chimpancés (incluidos bonobos o chimpancés pigmeos) y gorilas— comparten un antepasado común que vivió hace entre 10 y 5 millones de años. El ser humano comenzó su evolución en África, continente donde se produjeron gran parte de las transformaciones posteriores. Los fósiles de los primeros homínidos, que vivieron hace entre 6 y 2 millones de años, proceden íntegramente de África.
La mayoría de los científicos distinguen entre 10 y 15 especies diferentes de homínidos. Sin embargo, no se ponen totalmente de acuerdo en cómo están relacionados entre sí las especies o cuáles fueron las que sencillamente se extinguieron. Muchas de las primeras especies —probablemente la mayoría de ellas— no dejaron descendientes. Tampoco hay consenso sobre la forma de identificar y clasificar determinados homínidos, ni en los factores que más influyeron en la evolución y la extinción de cada uno de ellos.
Los homínidos comenzaron a emigrar desde África hacia Asia hace probablemente unos 2 a 1,6 millones de años, llegando a Europa la mayoría de ellos durante el último millón de años. Sólo mucho después, distintas especies de homínidos modernos poblaron diferentes partes del mundo. Así, por ejemplo, probablemente el ser humano llegó por primera vez a Australia hace 60.000 años y a América hace 35.000 años. La aparición de la agricultura y de las primeras civilizaciones tuvo lugar en los últimos 10.000 años.
La ciencia que estudia la evolución y origen de los rasgos físicos y de comportamiento del ser humano se denomina paleoantropología. Se trata de una de las ramas de la antropología física, disciplina que estudia las características biológicas y fisiológicas del hombre. Su misión es descubrir cómo la evolución ha ido conformando los potenciales, las tendencias y las limitaciones del ser humano. Para muchos es una ciencia apasionante porque rastrea los orígenes de las características que definieron a nuestra especie, así como las conexiones fundamentales entre el hombre y otros seres que habitan la Tierra. Los científicos disponen de numerosas evidencias que demuestran la existencia de un proceso evolutivo obtenidas a partir del estudio de fósiles, objetos y mapas genéticos.
GENESIS:
Génesis (texto sagrado), primer libro del Antiguo Testamento. Su nombre en lengua española tiene su origen en las palabras Genesis kosmou (griego, "origen del cosmos"), el título del libro en la Septuaginta. Los judíos, que han designado cada uno de los cinco libros del Pentateuco con la primera palabra (o al menos la primera palabra significativa) del texto hebreo, lo denominan Be-Reshit ("En el principio").
Génesis, el primer libro de la Biblia, relata el comienzo del mundo desde el momento en que "creó Dios los cielos y la tierra" (1,1) hasta la muerte de José, el undécimo hijo del patriarca hebreo Jacob. La obra puede dividirse en dos partes diferenciadas. La primera (capítulos 1-11) está dedicada a la historia primigenia de la humanidad y contiene historias acerca del primer hombre y de la primera mujer, su pecado original, el primer hombre en morir y el primer homicida, el diluvio que Dios envió para destruir todas las cosas, a excepción de la familia directa del "hombre más justo y cabal" (6,9) y de las criaturas cuya conservación se le encargó, de la confusión de los idiomas y de la dispersión de otros pueblos. La primera parte del Génesis contiene también la primera alianza establecida por Dios con la humanidad a través de la persona de Noé (9,9-17). La segunda parte (capítulos 12 al 50) se centra sobre todo en el relato de las vidas de los patriarcas hebreos Abraham, Isaac y Jacob; es decir, una historia de los orígenes de la nación hebrea.
Muchas personas consideran que Génesis es la versión literal de la creación, punto de vista sostenido por la mayoría de cristianos y judíos hasta la segunda mitad del siglo XIX. Hay quienes consideran que el libro contiene mitos y leyendas que no expresan más que creencias, supersticiones y costumbres tribales. Los estudios y la investigación científica han dejado en evidencia que resulta muy probable que numerosos acontecimientos, lugares y personas descritos y mencionados en el Génesis ocurrieron y existieron. Según algunos juicios, los que no pudieron ocurrir o existir tal como se cuenta o en la historia como se describen y citan, tienen un origen y existencia figurativa. Por ello, aunque podría parecer irrelevante profundizar, por ejemplo, en Adán y Eva y su pecado en el Edén, el relato de cómo la humanidad cayó en desgracia sigue siendo para muchos herederos contemporáneos de la cultura occidental una expresión viable y por lo general comprensible de una experiencia recurrente, íntima y en cierta medida inexplicable.
OPINION: De las dos teorías de la evolución mas conocidas (La creación y la teoría de la evolución). Parece mas creíble pensar que hemos sido un grupo de seres vivientes afortunados de haber evolucionado de tal forma que nos tenga hoy en día tomando el control del mundo, no se trata de desacreditar ninguna de las dos, todo esta en la forma en como nos lo hayan hecho ver desde que éramos mas niños, y en eso esta que yo prefiero la teoría evolutiva por que aunque soy creyente de Dios, si el tuvo algo que ver con la creación de la vida, seguramente no lo hizo “agitando una varita” sobre la tierra, sino que hubo un proceso el cual duro miles de años que aun continua y nos tiene donde estamos.

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